Ser libre aceptando el ahora

Ser libre viviendo el presente: deja atrás el pasado, y no mires hacia el futuro.

La libertad más elemental y pura, más liberadora y amplia, se consigue mediante el abandono del yo. Mediante la aceptación del ahora. Mediante una resignación amorosa.

Hemos aprendido a desear, a querer y a rechazar. A mirar por nuestros propios intereses, a vivir separados, como feligreses. Hemos creado, entorno al placer y al poder, un aura de dolor y aspiración que nos encadena y agrede. Nos hemos convertido en esclavos de nuestros deseos, en servidores de nuestros sueños.

Al rechazar el momento, al evitar el dolor, al huir de la incertidumbre y menospreciar la confusión, al no aceptar el instante, nos hemos separado de la vida. Hemos fabricado robustas barreras que niegan la existencia.

Creemos que para ser libres, tenemos que representar una imagen, vivir en la riqueza, pertenecer a un colectivo. Nos olvidamos del presente, para vivir en el futuro, o recordar el pasado. Obviamos la vida y su inquebrantable poder, presente en todo y surgido de la unión, para vivir separados, desunidos, alejados los unos de los otros.

Sin embargo, puedes ser libre, ahora. En este mismo instante. Dejando de hacer, para simplemente ser. Aceptando, compasiva y abiertamente, el presente. Sin rechistar ni replicar, sin opinar ni criticar, sin huir ni correr, simplemente observando, respirando y apreciando.

Ser libre no te aporta riquezas materiales, no te proporciona un estatus privilegiado, ni trae consigo a un océano de seguidores. Ser libre te regala paz, serenidad y quietud. Te abruma con una energía invisible, puramente interior, que surge de la auténtica realidad, de la fuente secreta de la Vida, de la constelación Una del Universo. Te rodea de misticismo. Te alimenta de amor. Te genera compasión.

Para lograr ser libre, debes aprender a ser humilde, a resignarte. Debes emprender un viaje interior, que te ayude a conocer tu origen, te enseñe a escuchar tu instinto, y te permita sentir con el corazón. Debes renunciar a todo, y enfocar tu atención en el momento presente. Observar sin opinar, contemplar sin menospreciar, ver sin alabar.

Lograr serenarse en el ahora, sin importar las circunstancias exteriores, ni favorecer los pensamientos personales, te coloca en una posición interesante. En un lugar incierto y confuso, que poco a poco se aclara y torna familiar. Es la eternidad Una, el vacío imperecedero, que jamás ha nacido y nunca morirá. Es la energía natural y creadora de la vida, el poder universal del cosmos entero.

En ese lugar, sólo existen la paz y el amor, la alegría y la confianza, la seguridad y la serenidad. Acepta lo que es. Sé lo que es. Siempre has sido y siempre serás. Nunca dejarás de ser.