Descubre la dulzura fresca del pesto de pera, una salsa afrutada, ligera y sana.
Ser vegano requiere disciplina y valentía, imaginación y riesgo. Serlo no sólo implica mejoras en el estado de salud personal y universal, sino que de la cocina vegana surgen invenciones culinarias originales e ingeniosas, sorprendentes e inesperadas. Como este delicioso pesto de pera.
El sabor dulce de la fruta se acopla, mágicamente, con el perfume fresco de la albahaca, la textura suave del piñón y el sabor fuerte del aceite. Un pesto dulce con ligeros toques salados, ideal para condimentar ensaladas coloridas, arroces integrales o pastas vegetales.
Los beneficios del pesto de pera:
Esta salsa italiana revisada y adaptada a la cocina vegana ofrece numerosos beneficios para la salud.
- Regula la flora intestinal, evitando el estreñimiento y depurando el cuerpo de sus toxinas.
- Tiene un efecto diurético, por lo que ayuda a eliminar líquidos y desintoxicar de esta forma el organismo.
- Fortalece el sistema inmunológico.
El pesto de pera es una salsa super vitamínica que aporta energía al organismo, sin contener grasas malévolas o calorías vacías. Es rica en ácidos grasos esenciales, perfectos para cuidar el sistema cardiovascular y la salud del cerebro.
No sólo es una cura medicinal. El pesto de pera es polivalente: se adapta a numerosos platos, aportando frescura y dulzura.
A mi me gusta incluirlo en ensaladas de vegetales crudos con col kale, brócoli, cebolla, uvas, pipas de calabaza.
O en ensaladas de arroz integral con albaricoque seco, calabacín, cebolla, piñones y brócoli crudo.
Al saborear cada bocado, practico la alimentación consciente. Siento los cambios que se producen en mi cuerpo, la energía positiva que se inmiscuye en mis adentros.
“El pesto de pera es una salsa mágica que depura mi organismo, fortalece mis defensas, nutre mi inteligencia y fomenta el amor. Su sabor dulce con toques vegetales refresca mi paladar, maravilla a mi estómago, y sienta bien a mi cuerpo. Un aliño preventivo que se armoniza con la vida, respetándola y venerándola, cuidándola y amándola”.