maeknapnougel Mindfulness para aprender a vivir con el cambio.
El cambio nos atemoriza. Nos espanta. Nos provoca escalofríos. El cambio significa ignorancia, incertidumbre, confusión. Por su carácter desconocido, renegamos de él.
Sin embargo, y aunque no queramos verlo, todo es cambio. Siempre estamos en cambio. Vivimos en el cambio. Somos el cambio.
Cada gesto es un cambio, cada palabra modifica algo. Es inevitable. La vida es un cambio constante. El día deja paso a la noche, y el cielo despejado se nubla, inexorablemente.
El cambio es una de las reglas vitales y verdades más profundas de la vida. Es inherente a la vida. Es la vida. Cuando comprendemos que todo cuanto existe es cambio, entendemos que todo es pasajero, incluso nuestra propia existencia de mortales en la Tierra.
Nos damos cuenta de que, por su carácter efímero y finiquito, cada cosa es única, y a la vez perecedera. Cada situación pasajera, cada sentimiento evolutivo, cada sensación breve. Cada pensamiento insustancial, cada opinión relativa. Todo es como es en el momento que es, pero todo deja de ser en el momento que ya no es.
Por eso, es sabio y astuto aprender a vivir con el cambio. Aprender a ser el cambio.
Aprender a honorar cada cosa, saber venerar su carácter transitorio, y abandonar nuestros apegos hacia ello. Porque nos apegamos a cosas, que en realidad no existen, imágenes grabadas en nuestra mente, que probablemente jamás volverán a ocurrir, o que jamás han ocurrido.
Los objetos que nos rodean, las personas que se nos cruzan, los paisajes que desfilan ante nuestros ojos son esporádicos. Son transeúntes como nosotros. Son auténticos milagros que jamás volverán a ocurrir, y por ello deben ser honrados con nuestra total atención. La vida no te pide nada más. Es puro cambio para que dejes de hacer y parecer, y empieces, simplemente, a ser uno con ese cambio, con esa miríada de sútiles modificaciones, que hacen de tu vida un mar lleno de tesoros, un océano repleto de diamantes, una vida que abunda de milagros, una existencia francamente sagrada.
El mindfulness será quien te guíe durante tu viaje hacia el presente. Durante tu estancia sagrada en un espacio amplio y suave, abierto y relajado, en el que toda entra y sale, todo muere y renace, todo cambia y evoluciona, sin daño ni placer, sin esperas ni temores. Cuando simplemente eres, empleas toda tu atención en sentir lo que es, en ser lo que está ocurriendo. Y entiendes que la vida sólo te pide eso: ser uno con ella.
