Disfruta de esta meditación para sembrar intenciones positivas y sentir alegría.
La intención es una cualidad inherente al ser humano; es una habilidad natural que le permite manifestar en el mundo terrenal aquello que ha visualizado con antelación en su universo mental. Con esta meditación lograrás conectar con ese poder interior y sembrar intenciones positivas para vivir la vida con alegría.
Colócate en una postura cómoda, sentada sobre un bloque o manta, reposando sobre una pared o tumbado boca arriba. Inhala y exhala profundamente por la nariz. Siente ese aire circular por tu cuerpo, navegar por cada rincón, oxigenar cada célula, llenarte de ligereza.
Tómate tu tiempo para entrar en conexión con tu interior y alejar tu atención de lo exterior. Siente el flujo de pensamientos incesante que como un oleaje circula por tu mente sin descansar. Empieza a distanciarte de ese tumulto para tomar la posición de un testigo. De un observador de la mente. De un espectador de los pensamientos. Déjalos pasar, sin crear historias sobre ellos, sin sentirte identificado con ellos. Durante esta meditación te invito a que creas firmemente que no son más que visitantes temporales, que tratados con amor y respeto, entran como salen, para un día desvanecerse en el fuego de tu sabiduría radiante.
¿Puedes imaginar una vida de paz?¿Una vida de beatitud y serenidad?¿Puedes imaginar una vida sin preocupaciones ni miedos, sin estrés ni ansiedad, sin dolor ni sufrimiento? ¿Crees que eso puede existir? La respuesta es que sí. Y si tu ego no quiere aceptarlo no pasa nada. Con tiempo y práctica, eres capaz de sobrepasarlo. De conectar con el conocimiento de tu ser interno, que sabe que la vida empieza cuando se conecta con la paz del momento.
Si durante la meditación sientes que tu mente se distrae, dirige tu atención hacia la respiración. Ella te anclará en el aquí y el ahora. El único lugar donde realmente uno puede actuar.
Utilizando el presente como campo de acción, los recuerdos del pasado y los proyectos del futuro, que en muchas ocasiones nos desraízan de la paz, dejan de tener influencia sobre ti. De esta forma puedes empezar a vivir.
Entra en conexión con tu cuerpo sútil, con la energía que vibra en tu interior y que va más allá de lo físico y material. Siente la respiración recorrer no sólo el cuerpo, sino la mente. Siente como al calmar el flujo respiratorio, el arroyo incesante de pensamientos se empieza a ralentizar. Poco a poco profundiza en esa quietud que va adueñándose de ti. Sin prisa, a tu ritmo, observando cualquier detalle, cualquier cambio dentro de ti.
En ese estado de quietud y paz, vas a sembrar la siguiente intención:
Tengo la intención de respetarme en cada momento: no sólo eres un cuerpo y una mente, eres la encarnación celestial de la Vida. Al respetarte física, mental y espiritualmente, homenajeas a la Vida. Respira profundamente y digiere estas palabras en tu mente. Siente ese aura que te rodea, que te protege y alimenta a cada momento. Respira. Recuerda que cada instante es una oportunidad para tratarte con amor y cariño, para hablarte con ternura, para quererte sin locura. Cada momento está hecho para que tu luz interior refulja sin complejos. Para que el perdón y el amor que se encuentran en tu interior inundan a tu ser y a los que están a tu alrededor.
Recuerda, la divinidad se encuentra en ti, cualquier posibilidad está en ti. Sólo debes creer en ello, confiar en tu habilidad de manifestar los sueños que tienes y dejar que la Vida se ocupe del resto. Sueña con amarte sin condición y poco a poco tus pensamientos, palabras y actos reflejarán eso. Respira. Abraza el sonido de estas palabras y disfruta de su sentido mágico un momento.
Tengo la intención de hacerme responsable de mi reacción: eres responsable de la manera en que reaccionas ante las cosas. La existencia humana se rige por el destino y el libre albedrío: existen experiencias latentes que están inscritas de forma incomprensible para la razón en las escrituras divinas de la Vida. Son situaciones que no podemos cambiar, pero que podemos aceptar como un desastre natural, una crisis económica, una guerra racial… Situaciones que individualmente no podemos modificar pero si explorar para encontrar la lección que aguardan en su interior. Por otro lado, existe el libre albedrío: a pequeña escala tienes la oportunidad de decidir si vives en un mundo de paz y amor o en un lugar inhóspito y violento. Puede haber una guerra a escala mundial que tú sigues viviendo en un mundo de paz. ¿Porqué? Simplemente porque puedes escoger la manera de ver las cosas a cada momento, y la manera de reaccionar ante ellas. Como bien le hizo saber un padre judío a su hijo en un campo de concentración, la Vida es bella aún pareciendo todo sumamente amenazador. No pierdas jamás la esperanza, la vida puede ser belleza y maravilla, pero debes empezar por reaccionar de forma pacífica y consciente ante lo que ocurre en el momento presente.
Tengo la intención de ser sincero y benévolo: la verdad es un principio vital para sentir felicidad. Si no eres sincero contigo mismo, estás negándote a ti. Sólo el fuego purificador de la verdad puede eliminar cualquier miedo, cualquier preocupación, cualquier malestar. Reconocer tus sentimientos, emociones o sensaciones demuestra que te abres al momento presente y estás listo para conocer todo lo que alberga tu subconsciente. Deténte un momento y medita sobre ello. Mentir es detener el flujo natural de vida que recorre tu interior. Es reprimir sensaciones, huir de emociones, esconder sentimientos. Con ello, lo único que haces es multiplicar su efecto cuando surja de nuevo. El único camino para eliminar el sufrimiento de tu vida es aceptarlo, observarlo y abrazarlo como es. Es mediante la observación atenta y el amor compasivo como todo dolor se desvanece. Es mediante la honestidad como cualquier enfermedad puede curarse de verdad. Cuando dejas que el poder de la verdad surja en tu vida, todo se ordena, las cosas que deseas llegan, el amor no se aleja. Es en la verdad donde puedes conectar con tu divinidad. Con tu dimensión inmortal. Con tu ser espiritual. Y empezar a ayudar, a aquél que lo necesita más. A aquél que muestra debilidad. A aquél que vive sin parar. Una vez has conectado con tu poder interior y sabes cuál es tu misión, debes compartir tus habilidades y talentos con los demás. Ponerte al servicio de quienes te necesitan. Ayudar a quienes gritan. Entonces tu verdad les ilumina, tu amor les regocija, tu ser les revitaliza. Entonces cumples con tu labor, entonces encarnas la unión. Con todo a tu alrededor.
Tengo la intención de vivir una vida tranquila y sin estrés: Una vida lenta es mucho más plena y fácil de vivir que una existencia llena de objetos que te obligan a correr tras ellos. Medita un momento sobre ello. Algunos creemos que seremos felices y nos sentiremos plenos cuando un susodicho objeto sea nuestro, una persona se fije en nosotros o una experiencia ocurra. Y sin embargo ¿cuántas veces has obtenido lo que has querido y te has sentido igual de vacío que antes? ¿Cómo de rápido tienes que ir para ganar lo según tu ego, te permite vivir? Cuando tu prioridad es la paz y el bienestar interior, debes cambiar tu mirada hacia dentro y buscar en tu reino las herramientas para sentirte pleno. Una es la respiración consciente, otra la acción consciente, otra puede ser la meditación consciente… Cualquier cosa que no requiera de mucho esfuerzo y que te aporte contento. Una vida tranquila se basa en apreciar las cosas sencillas de la vida: disfrutar de una puesta de sol, del canto del ruiseñor, del oleaje del océano, de la fragancia de una flor… La sonrisa de un niño, los ojos de un cachorrito, la sabiduría de un abuelo, la ternura de una abuela… Cuanto menos cosas acumulamos, más podemos centrarnos en las maravillas sencillas que nos rodean cada día. Más tiempo tenemos para conectar con el momento. Para apreciar lo pequeño y vivir sin apego.
Tengo la intención de desarrollar el don que se encuentra en mi interior: Estás en esta vida para desarrollar y manifestar el don que se esconde en tu interior. Todos nacemos con una misión: escuchar nuestra voz interior. Ella se puede asemejar a la intuición, ella es quien hace palpitar tu corazón. Detente unos segundos, respira profundamente y siente el latir de tu corazón. ¿Qué es lo que hace sonreír? ¿Qué es lo que le hace latir?¿Vivir? Tomate un tiempo para meditar sobre ello. A veces es complicado encontrar nuestra razón de ser, por todas las envolturas que hemos ido sobreponiendo a lo largo de nuestra existencia. Pero deténte un momento y piensa. Imagina que nada de lo que crees es completamente cierto, que existe la posibilidad de que el universo funcione de una manera diferente. Ahora no hay nadie más que tú. Y aquello que te hace perder la noción del tiempo. ¿Qué es? ¿Qué es aquello que hace que te sientas completamente presente? ¿Aquello que te absorbe completamente? ¿Qué es aquello que te aporta paz, bienestar y una sensación reconfortante de plenitud? Puede que las respuestas no surjan enseguida, entonces debes meditar sobre ellas con más hincapié. Todos somos genios potenciales con ganas de compartir lo que nos hace vivir con los demás. Este es el momento para que lo trabajes y manifiestes en la vida terrenal. No lo dejes pasar. O alomejor te arrepentirás.
Debes recordar que el campo de intención es invisible, incoloro e informe. Éste no entiende de tiempos ni de fronteras, pues es omnipresente y omnipotente. Debes ser paciente, debes dejar que la semilla de tu intención crezca a su ritmo y que brote el resultado cuando sea el momento adecuado. Debes concretizar lo que deseas, actuar para que sea y una vez realizado todo eso, dejar que aparezca cuando la Vida lo quiera.
Recuerda eres hijo de la Vida, tu único deber en esta Tierra es amarla y protegerla. Experimentarla desde la paz, vivirla desde la honestidad, abrazarla sin cesar. Aceptar lo que es, es aceptar a tu ser. Amar lo que es, es amar sin querer. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.
Repite esta meditación cuando desees sembrar una nueva intención. Utiliza esta meditación cuando te vaya mejor. No te obligues a nada, sólo hazlo cuando tu ser interior lo reclame con su voz. Cuando sientas que necesitas conectar con tu intuición.
Y recuerda, ser amor. Siempre que puedas. Se amor.