Escucha a tu cuerpo, es sabio y un buen mensajero

Mindfulness para escuchar a tu cuerpo.

Escucha a tu cuerpo con mindfulness

En los tiempos actuales, la celeridad con la que todo se mueve, la rapidez con la que todo avanza provocan cuadros de ansiedad y depresión, dolores de cabeza y desmotivación.

No somos capaces de seguir el movimiento instantáneo de la tecnología, y es normal. Jamás estuvimos diseñados para eso.

Nuestro cerebro no está capacitado para recibir tanta información y retenerla, por eso cada vez más personas se olvidan de las cosas.

Caminamos corriendo, comemos a toda velocidad, dormimos pensando, vivimos con ansias de más. Más y más. Queremos más dinero, más objetos, más alimentos… No somos conscientes de lo que comemos, e ideamos platos grandilocuentes con productos pre cocinados o refinados, alimentos muy salados y azucarados, bebidas gaseosas y onerosas.

Sin embargo, tu salud depende, considerablemente, de la alimentación que tienes. Las necesidades básicas del humano deben ser respetadas y cubiertas con amor y consciencia. Actualmente se niegan y muchas veces avergüenzan.

Para vivir una vida feliz, llena de alegría y consciencia, de dicha y riqueza, es fundamental comer de forma natural. Practicar la cocina espiritualHacer de tu comida un auténtico ritual.

Escucha a tu cuerpo a la hora de comer
  • Cocina según lo que tu cuerpo esté reclamando en ese momento: Este principio que parece lógico pero que muchos omiten es muy importante a la hora de cocinar. Antes de empezar cualquier tarea culinaria, deténte un instante, respira y escucha a tu cuerpo. ¿Tiene mucha hambre? ¿O se contentaría con una comida frugal? ¿Le apetece algo dulce o salado? ¿Caliente o templado? ¿Fresco o cocido? Estas son algunas preguntas que puedes realizar antes de empezar. Te guiarán durante todo el proceso y te ayudaran a prevenir el sobrepeso.
  • Sé flexible: ¿Tú nevera no contiene los ingredientes que necesitas para hacer ese plato que tanto te apetece? No pasa nada. Puedes innovar y sobre las bases del plato deseado, combinar alimentos nuevos. Tu intuición te ayudará a crear algo bastante similar.
  • Sé consciente: A la hora de empezar a cocinar, es importante ser consciente del momento presente. Entender que cada cosa que estás utilizando te permite alcanzar tus objetivos y que sin ello nada de todo eso sería posible. Comprender que ese mismo objeto podría no estar ahí y sin embargo lo está. Valorarlo y bendecirlo. Utilizarlo con amor y cariño. Antes, las personas tenían que contentarse con los alimentos que el tiempo y la tierra les ofrecían. Ahora tienes todo a tu disposición. Lo mínimo es rendirle una pequeña bendición.

Escucha a tu cuerpo: alimentación consciente

  • Sé bondadoso: Escoge alimentos que no te ocasionen remordimiento. Muchas veces compramos productos llenos de complementos nefastos para nuestro cuerpo. Los abrimos, comemos, y cuando se ha acabado, una ola de remordimiento y culpa se apodera de nosotros. ¿Por qué me siento así? ¿Por qué me insulto, me trato con desprecio, no me siento bien con mi cuerpo? Alomejor la razón se encuentra en tu decisión. Mi consejo es que a la hora de comprar, escojas productos naturales, frescos, alimentos de la tierra. Llena tu cesto de color, de sabor, de variedades frutales y abanicos vegetales. El hinchazón, la indigestión, el estreñimiento, la depresión, la culpabilidad, el ansiedad y otras muchas cosas más, se diluirán.
  • Tomate tu tiempo: Realiza cada paso con atención y cuidado. Saborea cada bocado con esmero y amor. Siente como los músculos de tu boca se mueven, como las papilas gustativas empiezan a segregar saliva. La digestión comienza en la boca, y la correcta absorción de los minerales y vitaminas dependen de tu masticación. Intenta dejar de pensar y concéntrate simplemente en masticar. La vida ha otorgado sabor a los alimentos para que los podamos disfrutar, ¿porqué menospreciar este bonito regalo?
  • Inspira y expira: la respiración es un movimiento efímero, frágil, que sustenta nuestra vida entera. Debemos ser conscientes de ella y practicar lo más a menudo posible una respiración consciente y atenta. Nos permite relajarnos y volver a conectar con el instante. Nos ayuda ser conscientes de nuestro estómago, que muchas veces ya está complacido, pero que por no escucharlo, lo llenamos hasta sobrecargarnos.

Escucha a tu cuerpo con amor y silencio

  • Silencio y tranquilidad: una de las cosas más importantes es rodearte de silencio y calma, de naturaleza y belleza. Esto nos permite sincronizarnos con el aliento natural de la vida, calmar nuestros sentidos y concentrarnos en el presente. A veces es complicado, porque el silencio se ha convertido en un auténtico regalo. No pasa nada. Poco a poco, si te esfuerzas en llevar tu atención a la ingestión, todo lo que te rodea se apaciguará.
  • Agradece cada encuentro con el alimento: la gratitud es esencial para vivir una vida llena de felicidad. Deja de tomar como algo seguro y evidente la disposición permanente del alimento, porque el mero hecho de tenerlo delante implica una multitud de pasajes y cambios que convierten al instante en un auténtico milagro. Cada pieza de fruta, trozo de verdura, cada pequeña semilla posee unas propiedades específicas que aseguran ciertas funciones en tu cuerpo, y lo nutren de vida y alegría. Si decides optar por una dieta basada en vegetales, o introduces cada vez más alimentos de la tierra en tu régimen, notarás como tu mente se aclara, tu memoria mejora, tu cuerpo se aligera, tu alma se purifica.

Somos entes mortales, con un cuerpo que aguarda una sabiduría milenaria y universal que podemos considerar y escuchar. No lo castiguemos, cuidémoslo; no lo maltratemos, amémoslo. El cuerpo es el vehículo que nos permite experimentar la vida, no desperdiciemos esta oportunidad. Seamos amor y bondad.

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