Dar sin esperar: el circulo de la vida vital.
Existen muchos misterios por resolver, enigmas que investigar, secretos que desvelar. Poderes mágicos, fuerzas cósmicas, energías vitales que nos rodean y amparan, que cuidan de nosotros y se armonizan con el Todo.
La naturaleza es uno de los pilares que rige la vida. Observar su comportamiento es inteligente y sabio. Poner en practica las enseñanzas que nos muestra nos ayuda a reconectar con la esencia de la vida, a sentir la auténtica realidad, primitiva e infinita, una y profunda.
La naturaleza no sólo es quieta y creciente, bella e imponente. La naturaleza se desvive por dar, por devolverle a la vida lo que le pertenece. Los arboles oxigenan, las flores perfuman, el fuego calienta, el agua refresca. La tierra produce los frutos de la vida. Alimenta y nutre, cura y alumbra.
Los animales cumplen con su función primordial: ser y dar. Viven felices, tranquilos, sin poseer ni desear, observando y contemplando. ¿Su poder? Crear la realidad. Ser testigos de la majestuosidad y perfección de la vida. Vivir en consonancia con las fuerzas cósmicas que rigen el universo. Fluir sin tensión junto a la energía original.
Somos seres poderosos, capaces de construir la realidad. Nuestro cerebro nos aporta la percepción, y ésta nos ofrece la contemplación. Contemplar el mundo para crear la realidad, conectar con la unidad y sentir seguridad. Cada ente humana forma parte del gran Todo. Sin ese pequeño ser, la realidad no existiría, los pilares se tambalearían, el caos aparecería.
¿Nuestra función primordial? Darle a la vida lo que pertenece a la vida. Ser abierto y generoso, obrar con libertad y altruismo, fomentar la fraternidad e igualdad. Desarrollar nuestros dones, fomentar los perdones. Complacer los deseos, aceptar los miedos. Dar nuestro amor y vivir junto al dolor.
La vida es simple, es ahora y nunca más. Siempre y diferente. Nueva y polivalente.
Dar sin esperar es la llave para entrar en un mundo de libertad.
Dar es respetar, entender, comprender y amar. Cada uno construye su propia realidad. El mayor poder de la vida es ser capaz de contener en su interior los miles y millones de fragmentos de realidad que cada humano elabora durante su existencia. Por ello, el respeto, la comprensión, la tolerancia, la humildad y la aceptación forman parte de los valores vitales que fomentan la harmonía y la paz en el mundo, el bienestar y el orden del universo.
Devuélvele a la vida lo que le pertenece. Abre tu mente y sé consciente.
De esta forma, lograrás vivir la vida plenamente.